Cita: Jordi Borja en El fin de la anticiudad posmodernista y el derecho a la ciudad en las regiones metropolitanas. In Ciudades, una ecuación imposible (pp. 279-320). Icaria.

Otra confusión (en cuanto a el planemiento): el menosprecio del marco político y legal y la consideración del urbanismo como una técnica derivada de la arquitectura, entendida a su vez como obra de arte del autor y como voluntad de sus clientes. El urbanismo es ante todo una dimensión de la política. Primero hay un proyecto de ciudad, es una opción social, cultural, económica, ambiental, es decir política. A partir de esta premisa se pueden plantear proyectos de escalas muy diferentes y ubicarlos en el marco legal que les corresponde (plan general, especial o parcial, proyecto de rehabilitación o de espacio público, programa de viviendas, etc.). El proyecto preliminar comporta un esbozo de diseño que excepcionalmente puede ser un “objeto singular” pero en general es un diseño funcional que permite el debate ciudadano. La política y la legalidad son los dos pilares del urbanismo.