Teoría favela: la autoconstrucción del sur global

10 noviembre, 2017

Rocinha, la mayor favela de Brasil. 70.000 habitantes viven al margen de las convenciones de la ciudad formal. Un barrio levantado de forma humilde por sus propios habitantes, hecho de casas autoconstruidas, tramas enredadas y planeamientos informales. Favelas como Rocinha se han convertido en el epítome de la metrópolis brasileña y las ciudades del sur global, caracterizadas a través de los enormes asentamientos informales que pueblan sus periferias. Regiones que han sido desacreditadas por su condición caótica y desordenada, pero también expresiones urbanas que desafían teorías establecidas de la ciudad.

Favela Rocinha, Rio de Janeiro.

De Mumbai a Sao Paulo, de Ciudad del Cabo a Yakarta, las ciudades del sur global han crecido a través de asentamientos informales, lugares donde se concentra la expansión urbana de nuestro mundo contemporáneo. Brasil es un ejemplo entre los muchos posibles: si a mediados del siglo XX el 70% de la población estaba asentada en el contexto rural, cincuenta años después la población del campo era solo el 20%. Ciudades como Brasilia y Sao Paulo dan cuenta de la transformación del ecosistema político que va pareja al reordenamiento demográfico del país. Sao Paulo pasó de tener 31.000 habitantes en 1872 a contar con una población de 10 millones en el año 2000. La ciudad creció y su periferia informal se expandió al mismo tiempo.

Favelas en Brasil, slums en India, villas miserias en Argentina, la ciudad informal tiene su expresión local en cada geografía. Son todas ellas ciudades que se levantan siguiendo el trazado oportunista de la inventiva ciudadana. Acostumbrados a pensar lo urbano desde los mundos del norte, estamos desarmados conceptualmente ante las ciudades informales del sur, urbes que no siguen la trama ordenada del urbanismo formal trazado por expertos y sancionado por instituciones. Paisajes urbanos que dejan en evidencia las limitaciones de unos estudios urbanos incapaces de imaginar lo que no encaja en sus concepciones de la ciudad.

Esas expresiones informales de lo urbano han sido convertidas, por la literatura académica y por el imaginario mediático, en el epítome de la megalópolis del sur global. Pensamos, percibimos y entendemos a través de la favela (o el slum) a las grandes capitales del hemisferio sur. Las periferias son descritas como ciudades a medias, expresiones informes y defectuosas, nodos de pobreza y miseria, desconectados de los flujos globales y aislados de las ciudades formales, excesos incontrolados (también incontrolables) de la ciudad instituida y ordenadas. Así nos lo presenta la visión apocalíptica y distópica de Mike Davis (2006) en Planet of Slums, o lo encontramos en narraciones populares que circulan globalmente como la famosa película Slumdog Millonaire ambientada en el slum Juhu de Mumbai (Bombay).

Y sin embargo, el slum, la favela y la villa miseria son algo más (y algo distinto) que el exceso monstruoso que desborda los límites geográficos de la ciudad: es también el desborde de nuestros marcos conceptuales y la evidencia de sus limitaciones. Los trabajos de James Holston y Teresa Caldeira (2008) sobre Sao Paulo y Brasilia, por ejemplo, nos muestran la inventiva urbana y la movilización política que rezuma la vida cotidiana de las periferias. Habitantes expulsados del centro de la ciudad por un entramado legal y económico excluyente se han esforzado durante décadas en hacer ciudad con sus propias manos (Holston, 1991). En un contexto donde la propiedad de la tierra es compleja, las familias que ocupan primero ilegalmente los terrenos tratan después de comprar legalmente la tierra, tal es la vía para convertirse en una familia respetada. Lo siguiente son años autoconstruyendo (como se dice en Brasil) sus propias casas. Sobre ese ejercicio material de autoconstrucción se fundamenta su propia ciudadanía: un espacio de reclamación de derechos políticos que nace y se alimenta de sus esfuerzos por hacer ciudad.

Favela Rocinha de noche, Rio de Janeiro.

Los trabajos de James Holston y Teresa Caldeira, como otros académicos, nos colocan ante una cuestión desafiante: quizás la ciudad informal del sur global no puede entenderse como una urbe defectuosa o una ciudad amorfa, quizás estamos sencillamente ante una ciudad distinta y una forma diferente de construir nuestro entorno habitado. Un planteamiento así deja en evidencia las teorías urbanas que nos explican cómo funcionan las ciudades. Marcos conceptuales fundados exclusivamente en las urbes de Europa y Norteamérica. Londres, París, Nueva York o Chicago han sido convertidas en modelos a partir de los cuales se piensa y describe el resto de ciudades del globo: el espacio público, la gobernanza urbana, la circulación de flujos, los movimientos de población… Es precisamente cierta idea de ciudad alumbrada en el norte la que lleva repetidamente a interpretar la periferia informal como un exceso defectuoso de la ciudad. Pero, ¿y si la ciudad informal hubiera de ser pensada en otros términos?, no desde los marcos conceptuales acuñados desde la ciudad del norte.

Poco de lo que sabemos a partir de las ciudades europeas es aplicable para describir las urbes de latitudes meridionales: desde el lugar que las ciudades han jugado en los procesos de modernización, las concepciones del espacio público o el rol de las infraestructuras (o su ausencia). Más aún, los estudios empíricos (como los de Holston y Caldeira) nos muestran que demasiado a menudo las descripciones de la periferia carecen de matices, cometen el error de equiparar informalidad con pobreza (cuando no siempre es así) y no reconocen la enorme variabilidad urbana que existe dentro de ellas. Toda una serie de investigaciones producidas en la última década nos proporcionan informes empíricos que muestran el enorme dinamismo económico de las periferias, los espacios de inventiva urbana que se desarrollan en ellas y las denodadas luchas políticas que albergan.

No se trata de romantizar esas regiones depauperadas, asoladas por la criminalidad y por condiciones de vida precarias, zonas que sufren el estigma de la exclusión y condiciones materiales extremas. Pero resulta ineludible reconocer la complejidad de esos territorios y la naturaleza paradójica de la vida urbana que en ellos se desarrolla. Si tenemos en cuenta tales aspectos y evitamos las descripciones planas y desacreditadoras, la ciudad informal nos presenta un doble desafío: primero, evidencia las limitaciones de nuestro corpus teórico sobre lo urbano y, segundo, nos sitúa ante la existencia de todo un mundo urbano que demanda ser teorizado en sus propios términos. La ciudad informal nos reclama una forma de entender y pensar lo urbano más allá de la lógica experta del urbanismo convencional y las formulaciones teóricas producidas en el norte.


Vía principal de favela Rocinha, Rio de Janeiro.

Aunque podemos ir más allá, como han hecho, entre otras, Ananya Roy, Vyjayanthi Rao o AbdulMaliq Simone, al plantear que quizás no se trata únicamente de producir marcos teóricos para dar cuenta de la periferia sino de alumbrar nuevas maneras de entender la ciudad. Un debate que se prolonga en cierto ámbito de los estudios urbanos desde hace una década. En diálogo con los estudios postcoloniales y en un intento por trasladar sus contribuciones al análisis de lo urbano Ananya Roy (2011) argumenta la necesidad de reconocer la agencia de los subalternos y los excluidos, ignorada e invisibilizada cuando hemos dado cuenta de la ciudad, un urbanismo subalterno que ha sido invisibilizado. Roy sugiere trasladar la producción teórica a la periferia y pensar en la ciudad informal como otra modalidad de urbanización. Desde esta perspectiva, la informalidad puede ser entendida de una forma radicalmente distinta, en palabras de Roy como “an idiom of urbanization, a logic through which differential spatial value is produced and managed […] not restricted to the bounded space of the slum or deproletarianized/entrepreneurial labor; instead, it is a mode of the production of space that connects the seemingly separated geographies of slum and suburb” (Roy 2011: 233).

La periferia deja de ser entonces un segmento demográfico y una localización geográfica y se convierte en un espacio conceptual: “the periphery is then a potentially generative space—a source of innovation and adaptation” (Simone, 2010: 41). El objetivo es liberar la metonimia geográfica que colapsa el urbanismo subalterno con el slum y la ciudad informal con la metrópolis del sur global. Tal planteamiento requiere, según Roy, subvertir la dicotomía formal/informal para pensar en la informalidad como un tipo de transacciones que conectan distintos espacios y economías. Lo informal estaría diseminado con expresiones distintas en nuestros mundos urbanos: en algunos lugares toma la forma de grandes centros comerciales construidos ilegalmente en Yakarta, en otros emerge como favela en Rio de Janeiro y en distintas geografías toma la expresión de proyectos ciudadanos insurgentes en mitad de las urbes europeas, como argumentaré en la última pieza (Urbanismo libre: cuidar de la ciudad común).

El desafío y la oportunidad que nos presentan la favela (y el slum) es re-aprender a teorizar la ciudad a través de los modos como hacen ciudad aquellos que han sido excluidos de ella e invisibilizados de las teorías urbanas. Un singular desplazamiento que nos invita, a localizar la producción teórica en las ciudades del sur o, en palabras de Vyjayanthi Rao (2006), a pensar en el slum (y la favela) como teoría.

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Davis, M. (2006). Planet of Slums. London: Verso. Holston, J. (1991). Autoconstruction in Working-Class Brazil.“ Cultural Anthropology. Cultural Anthropology, 6(4), 447- 465. Holston, J., & Caldeira, T. (2008). Urban Peripheries and the Invention of Citizenship. Harvard Design Magazine, 28, 18-23. Rao, V. (2006). Slum as theory: the South/Asian city and globalization. International Journal of Urban and Regional Research, 30(1), 225-232. Roy, A. (2011). Slumdog Cities: Rethinking Subaltern Urbanism. International Journal of Urban and Regional Research, 35(2), 223–238. Simone, A. (2010). City Life from Jakarta to Dakar. Movements at the Crossroads. New York and London: Routledge.

Rocinha: The pedreiro and the master planner, por May Abdalla (2014), documental de Aljazeera, dentro de la serie ‘Rebel architecture’.http://www.aljazeera.com/programmes/rebelarchitecture/2014/06/pedreiro-master-planner-201463095846773290.html

Autor / Autora
Profesor colaborador en la asignatura Tecnopolítica, redes y ciudadanía del Máster Universitario de Ciudad y Urbanismo. Antropólogo y doctor por la Universitat Oberta de Catalunya.Ha trabajado como investigador en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),Madrid, el Center for Research on Socio-Cultural Change (CRESC) de la Universidad de Manchester y en el Internet Interdisciplinar Institute (IN3) de la UOC. Líneas de investigación: culturas digitales y la ciudad.
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