Entrevista a Jordi Borja: «En Cataluña la izquierda social va mucho más allá de la izquierda política» Jordi Borja entrevistado en eldiario.es
1 julio, 2013Con tantos años que estuvo usted en el Ayuntamiento de Barcelona no me puedo estar de preguntarle cómo ve la ciudad.
Es muy difícil opinar sobre una ciudad, en este caso Barcelona, sobre la que has tenido responsabilidades. Es muy difícil ser objetivo y sobre todo es muy difícil que los otros piensen que eres objetivo. No acostumbro a opinar, pero entre los años 2007 y 2009 hice un libro, Llums i ombres de l’urbanisme a Barcelona (Luces y sombras del urbanismo en Barcelona). Diría que la gestión de Pasqual Maragall fue excelente; con Joan Clos y Jordi Hereu como alcaldes, la nota fue bajando, pero se hicieron cosas interesantes, más en la época de Clos que de Hereu. Por ejemplo, la reforma del centro histórico de Nou Barris, a finales de los 90. Ahora bien, algunos de los proyectos de después de los Juegos Olímpicos, como Diagonal Mar, o la Ordenanza de civismo, más propia de la extrema derecha, son cosas de gobiernos socialistas que se hicieron muy mal.
¿Y qué valoración hace de la gestión del alcalde Xavier Trias ?
Ahora o no se hace nada o las cosas que se plantean son pésimas. El gobierno de Trias, con el apoyo del PP, ha endurecido la Ordenanza del civismo. Hay un exceso normativo. Lo quieren controlar todo. Para llevar el urbanismo se escogió a Vicente Guallart [en 2012 fue destituido como gerente de Hábitat Urbà, pero sigue como jefe de los arquitectos municipales] que representaba a un grupo de arquitectura avanzada. Representa la ideología del neoliberalismo llevada al suelo. Lo primero que pensó este señor fue hacer una actuación, que después no ha servido para nada, al pie de Collserola. Tenía un discurso ecológico, pero lo que buscaba era generar un proceso especulativo en Collserola. Era una barbaridad. Lo mismo ha pasado en el Port Vell. Se privatizarán trozos del puerto, con hoteles en los barcos, etc. Al actual Ayuntamiento de Barcelona le pondría un cero. Las pocas cosas que hacen son inaceptables. Pero las ciudades tienen mucha resistencia. Barcelona durante el franquismo aguantó muchas cosas. El alcalde Josep Maria de Porcioles se cayó porque la ciudad se le oponía. A finales de los 60, los conflictos urbanos pararon todos los grandes proyectos de Porcioles. Incluso, en aquella época, se llegó a plantear hacer desaparecer la Rambla. Hubo un proyecto que era hacer una vía rápida que fuera de la Gran Vía al puerto. La idea era hacer una gran autopista que atravesara la ciudad y después un ramal que sustituyera a la Rambla.