La planificación y la Seguridad

28 septiembre, 2013

Hablar de planificación y Políticas de Seguridad es cada día más común. Hemos visto como en los últimos años se han ido integrando las estrategias planificadoras en los diferentes ámbitos de la Política y la Gestión Pública y, en especial, en las Políticas y la Gestión de la Seguridad.

Esta tendencia se ha ido desarrollando en los diferentes países del mundo con una implementación desigual en función de los territorios. Podemos destacar la tradición anglosajona, en especial Reino Unido y Estados Unidos. Pero también países como Chile, Argentina o México en la América Latina.

¿Por qué es necesaria la Planificación?

Planificar supone analizar y estudiar los objetivos propuestos, así como la forma en que se conseguirán; es una herramienta de acción para decidir qué vamos a hacer y para quién lo hacemos.

Toda organización deber ordenar su funcionamiento obedeciendo a unos objetivos establecidos previamente y estipulados en una planificación. Una parte muy importante es la creación de instrumentos que ayuden a alcanzar los objetivos y a medir su grado de cumplimiento, así como los resultados obtenidos.

Las decisiones que tomamos hoy marcarán el rumbo que llevaremos mañana. Por eso, excepto si nuestras decisiones de hoy forman parte de un futuro planificado, sólo serán conjeturas y orientaciones contradictorias y posiblemente sin utilidad.

¿Por qué planificar las Políticas de Seguridad?

Las Políticas de Seguridad son el conjunto de objetivos, decisiones y de acciones dirigidas a proteger a las personas y los bienes de cualquier tipo de violencia ilegítima y a minimizar o prevenir las consecuencias de las calamidades naturales y/o tecnológicas, así como garantizar la convivencia pacífica entre la ciudadanía. Por esto es necesario que estas Políticas se planifiquen y den una visión unitaria a la ciudadanía. Cuando intervienen diferentes administraciones estas deber actuar bajo los principios de cooperación, colaboración, lealtad institucional y auxilio mutuo.

Desde esta perspectiva, la función de las administraciones se ha de centrar en la provisión de un servicio público, garantizar el derecho a la seguridad desde un servicio público sistemático y concebido de forma integral, con políticas proactivas y reactivas.

En este sentido la Planificación Estratégica en el ámbito público se concibe como una herramienta imprescindible para la identificación de prioridades y asignación de recursos en un contexto de cambios y altas exigencias por avanzar hacia una gestión comprometida con los resultados. Por lo tanto nos permitirá poder desarrollar las estratégicas para llegar a nuestros objetivos, es decir; para realizar las políticas públicas de seguridad.

Las características centrales de la gestión orientada a resultados es la identificación de objetivos, indicadores y metas que permitan evaluar los resultados.

Planificación Estratégica versus Planificación Operativa

La Planificación Estratégica cubre aspectos de carácter macro a medio y largo plazo. Ha de ser un proceso continuo que requiere constante retroalimentación acerca de cómo están funcionando las estratégicas. Los indicadores nos tienen que proporcionar información valiosa para la toma de decisiones respecto el desarrollo de las estratégicas validándolas y mostrando la necesidad de efectuar algún ajuste.

En las políticas debemos diferenciar entre planificación estratégica y la planificación operativa. Como hemos dicho, la primera se refiere al medio y largo plazo y la segunda al corto plazo.

Cuando hablamos de planificación estratégica nos estamos refiriendo a las grandes decisiones, al establecimiento de los Objetivos Estratégicos y sus mecanismos de seguimiento y evaluación. En este sentido podríamos definir el objetivo estratégico en relación la criminalidad.

La Planificación operativa se refiere al corto plazo que permite hacer operativa las estratégicas fijadas. Nos permite hacer la programación de las actividades i/o acciones a realizar. En este sentido desarrollaremos los planes operativos que nos permitan llegar al objetivo de reducir la criminalidad.

Conclusiones

Por todo lo expuesto en este artículo considero que cada día más tenemos que incorporar en las políticas de seguridad todos aquellos instrumentos de planificación que nos permitan conseguir nuestros objetivos. Estas estrategias nos tienen que servir en los diferentes niveles ya sea Nacional, Regional o Local.

En el caso de la seguridad, como en otros ámbitos de la Políticas Públicas, las incertidumbres y cambios sociales y económicos nos pueden hacer cambiar las situaciones planteadas. Por esto es muy importante que los planes se evalúen periódicamente y así poder adaptarlos a las nuevas realidades de las sociedades donde vivimos. Estos retos tienen que ser más un estímulo que un freno a utilizar la planificación tanto estratégica como operativa para implementar las Políticas y la Gestión de la Seguridad Pública.

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